El 12 de octubre, fecha en la que se celebra el Día del Niño, fue más que especial para los pequeños de Palhoça, en 2017. comunidad de la región de Nova Palhoça, donde se encuentra la sede del SAMU. De hecho, la fiesta tuvo lugar justo en las afueras de la sede. Fue un jueves cuando la diversión premió todo el esfuerzo de los organizadores.
Lugar donde tuvo lugar el evento: frente a la sede del SAMU en Palhoça.
Para que todo saliera bien, fue necesario mucho compromiso y solidaridad. Además de los simpatizantes de los empresarios de la región, que donaron desde alimentos, juguetes para los niños y hasta una bicicleta para la rifa que se realizará, los empleados del gremio local SAMU también dieron su mayor esfuerzo. Y tal compromiso fue compartido, sobre todo, por los familiares de los empleados involucrados en la causa, quienes trabajaron voluntariamente para que el evento fuera un éxito total.
Los niños y la familia disfrutaron de la fiesta. Los niños jugaron mucho con los juguetes allí ensamblados.
Juegos no podían faltar: además del parque comunitario de esa localidad, que había sido revitalizado voluntariamente por los empleados del SAMU, también contaban con atracciones muy divertidas – el tradicional brincolín y la piscina de pelotas hacían que los niños se emocionaran aún más. El clima lluvioso no restó valor a la diversión en absoluto. Y para que la diversión no se detuviera después de la fiesta, finalmente se repartieron juguetes entre los niños presentes.
La diversión, además, llegó de una manera diferente y bastante didáctica: algunos de los empleados organizaron una clase muy especial sobre procedimientos de primeros auxilios. Los presentes observaron de cerca todo el proceso. Una forma muy chula y didáctica de enseñar el proceso de rescate en emergencias.
Una lección muy especial: pequeña clase organizada para que los niños entiendan el proceso de rescate de emergencia.
Tampoco podían faltar las golosinas tan queridas por los niños: se repartieron palomitas, refrescos, perritos calientes, caramelos y piruletas, y dulces sonrisas aparecían en los rostros de los niños. Además, la comida sobrante al final del evento se repartirá a organizaciones benéficas.
De hecho, los padres y los niños sonrieron al saber que todo lo que sucedió se hizo con mucho cuidado y determinación.
El equipo involucrado en la organización del evento.
El evento fue un éxito, sin ánimo de lucro y sin ayudas estatales. Los involucrados cautivaron y fueron cautivados por las pequeñas y grandes almas, por las pequeñas y grandes sonrisas que disfrutaron de la fiesta, quizás la primera de muchas, un gratificante experimento social.
Texto y fotografías: William S. Schütz.
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