Lampião, siempre acompañado por su amada María Bonita, conduce su banda por el interior de Pernambuco, enfrentándose a la policía local. Su principal antagonista es Antero Tenente, quien fue abandonado prisionero y boca abajo por la banda de Lampião. Esta disputa se mantiene a lo largo de los años, cuando el hijo de Antero se hace adulto y no acepta ninguna provocación a la imagen de su padre ni la simple mención de algo que le recuerde a Lampião y sus bandidos.