¡Ah el amor! Ya conoces esta historia: un hombre y una mujer se conocen, se sienten atraídos, salen y deciden seguir una vida juntos. De repente, comienzan los conflictos. Uno no puede "soportar" al otro por más tiempo, y lo que comenzó como esperanza puede terminar como angustia y pleitos. (O la relación no termina, sino que continúa por la vida al "pie de guerra"). Esta parte de la historia también la has visto/escuchado/experimentado.

Lo que mucha gente no se da cuenta es que un hombre cuando conoce a una mujer no está solo. Y la mujer, al encontrarlo, tampoco está sola. Detrás de ellos, hay un “bagaje”: sus destinos hasta que llegaron allí, sus familias de origen, sus ancestros; con una historia única, los éxitos y enredos de ese sistema familiar. Es decir, una persona no es “solo una persona”; ella es todo lo que ella reúne. Y este "equipaje", tan único, puede provocar conflictos con el "equipaje" tan único del otro.

¿Es esto para desanimar a las parejas? ¡De ninguna manera! Pero nos hace tener una nueva mirada sobre el amor, o, como dice Bert Hellinger, el psicoterapeuta alemán que desarrolló las Constelaciones Familiares, nos hace tener “amor a segunda vista”.

Según Hellinger, tal “amor a primera vista” es un amor ingenuo y ciego. No mira “el todo” y su grandeza. Para que un amor funcione, es necesario buscar una "segunda vez". Mira lo que traes tú y lo que trae la persona. Mira quiénes son en realidad. A partir de esta “segunda mirada” es posible encontrar un equilibrio entre el “bagaje” que cada uno trae y hacer que el amor se fortalezca y avance.

Artículo escrito por Rebeca Machado, terapeuta, editora del blog Luz do Feminino (luzdofeminino.com.br), trabaja con Constelaciones Familiares, ThetaHealing, Terapia Floral y Reiki. Trabaja por Skype y físicamente en el Centro Comercial Herta, local 05 (Rua Caetano Silveira de Mattos, nº 2551 - Centro - Palhoça). Contacto: (48) 99120-3802 y centroherta05@gmail.com.